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El Tesoro del Lago
Dedicado a mi querida amiga HelenaVIII, con quien comparti tantos lindos momentos en el juego durante casi 4 años. Espero que donde quiera que se encuentre, este disfrutando su vida.
El tesoro del lago
Imposible olvidar la primera vez que fuimos juntos. Ya éramos un gran equipo conocido a lo largo y ancho de todo el reino y más allá de sus fronteras. En innumerables ocasiones tuvimos que enfrentar a los caballeros negros que intentaban independizarse del Rey Geodred. También ayudamos al valiente sastrecillo en todas las encomiendas que recibía del rey, y además buscando a sus hijos que no pasaba una semana sin que se metieran en un nuevo problema.
Y ahí estabas tú, siempre presta para ayudar al necesitado, con una gallardía que admiraban los más valientes caballeros del reino. Y ahí estaba yo, siempre detrás de ti, hasta el fin del mundo, te prometí. Y juntos, nadie nos detenía en los esfuerzos por devolver la paz y tranquilidad a todos los colonos. Y al rey, por supuesto, que nos pagaba jugosas recompensas por nuestro trabajo.
Un día, el Príncipe Geofred (hijo de Geodred) llegó con una noticia: sus eruditos habían encontrado el mapa de un antiguo tesoro místico, pensaban que contenía algunas reliquias muy poderosas capaces de defender el reino o acabar con él, así que nos pidieron que fuéramos a investigar, ya que algunos exploradores que habían enviado antes no regresaron.
Desembarcamos en orillas opuestas y de inmediato sentimos escalofríos. El ambiente era lúgubre y sombrío, contrastando con el brillante sol que nos acompañó durante todo el viaje. Las tropas comenzaron a murmurar. Incluso yo sentí miedo, pero luego escuchamos un grito, volteamos todos hacia tu campamento y te vimos montada en tu corcel. El poco sol que alcanzaba la orilla se reflejaba en tu cabello color miel, que comenzó a ondear cuando atacaste a galope contra los sectarios y sacerdotes del primer campamento enemigo. Inmediatamente monté a mi caballo al tiempo que gritaba “Por el honor y la gloria” y todos mis soldados respondieron son sonoros aullidos y cargamos contra los sectarios que nos aguardaban a la entrada del bosque.
Así, uno a uno fuimos despejando campamentos repletos de Asechasombras, Danzafuegos y Derviches Danzantes, hasta que llegamos a la iglesia de huesos. Afuera de ella nos esperaban los últimos sectarios y sacerdotes oscuros dispuestos a todo para proteger su valioso tesoro. No fueron rivales para nuestra caballería. Al verse sin escoltas, el Sumo Sacerdote Oscuro y la Bruja del Pantano huyeron del lugar.
Aseguramos el área y nos dispusimos a celebrar con un gran banquete. En cuanto terminaron de comer y beber, las tropas poco a poco fueron desalojando el área, para descansar de tan larga jornada. Mientras, tú y yo nos quedamos ahí, a la orilla del lago, la espesa niebla que cubría el lugar de había despejado paulatinamente mientras comíamos, y no nos dimos cuenta hasta este momento. Bebimos hidromiel mientras disfrutábamos del reflejo de los últimos rayos del sol en el lago mientras se ocultaba en el horizonte. El silencio sólo era alterado por algunas ranas y grillos que cantaban a la luz de la luna. Cuando el búho comenzó a ulular, supimos que era hora de volver a casa.
Pero el peligro acechaba, la Iglesia debía ser resguardada mientras los eruditos reales investigaban los distintos artefactos que se encontraron ahí, y nos fue encomendada esa tarea.
Así que por un tiempo ese fue nuestro hogar. Y se convirtió en un hermoso ritual, disfrutar cada atardecer juntos, en silencio, antes de retirarnos a nuestros respectivos aposentos a descansar.
Fue una bella etapa, pero como todo en esta vida, tuvo un final. Cuando los estudios se dieron por finalizados, y viendo que en todo este tiempo no hubo intentos del Sumo Sacerdote Oscuro por recuperar la zona, el Príncipe Geofred asignó una patrulla regular a la zona y nos licenciaron.
Sin haber vuelto a casa aun, me fue asignada una nueva misión, fui enviado a lugares lejanos, más allá de los desiertos de Alí Babá. Apenar me pude despedir de ti y partí. Fueron más de dos años de ausencia, la guerra fue dura, las bajas considerables y la experiencia amarga… y finalmente volví.
Hoy el rey me ha encomendado que recupera la iglesia nuevamente, pero esta vez voy solo. A mi regreso no supe nada de ti, nadie me ha sabido decir que sucedió contigo. Me imagino que estás viviendo nuevas aventuras en lugares lejanos, con tu cabellera ondulante al cabalgar a galope contra los enemigos, con tus tropas siguiéndote con valentía y compromiso como yo te segui con las mías tantas veces.
Y aunque ya no estás conmigo, me imagino que estás ahí, y yo sigo tus pasos, y juntos derrotamos una vez más al Sumo Sacerdote Oscuro y a la Bruja que lo acompaña. Esta vez no los dejé escapar. Dispuse un batallón de caballería y otro de arqueros al otro lado de la Iglesia de Huesos. Su amenaza se ha terminado de una vez por todas.
Y después de entregarle al rey la custodia de la zona, yo me siento a la orilla del lago con el único tesoro que realmente vale para mí: tu recuerdo.
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Excelente Soya !!! Muy bueno !!!!
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tienes una capacidad de escribir sorprendente, batallas, amistad, lealtad y creeme sigo imaginando cada una de tus historias, como si lo viera en una pelicula, enhorabuena amigo
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