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Conejitos
“¡Tanto esfuerzo para esto!” fue lo que pensó al ver su cesta. Había escuchado historias y rumores de lo que podía pasar si te mordía uno de esos extraños conejos, así que se preguntó si no correría peligro. Y esos conejos sí que eran extraños. Él lo sabía porque, antes de viajar a colonizar esa isla, en su antiguo y lejano hogar, había tenido una granja de conejos. Por eso sabía que los conejos definitivamente no nacen de huevos, y no tienen los extraños y coloridos pelajes como los que estaban en su cesta.
El año anterior había participado en la búsqueda de huevos, sin saber muy bien para qué eran. Cuando se enteró de que eran algo realmente valioso, decidió reunir algunos por su cuenta, para venderlos o canjearlos por cualquier cosa que él quisiera; ya se imaginaba consiguiendo toda clase de riquezas y objetos extravagantes, sin saber en realidad cómo lo haría, con quién podría comerciar, ya que no conocía los “bajos fondos”. Pero no pensaba en ese detalle en aquel momento, cuando había encontrado lo que parecía un nido, y en el que estaban aquellos huevos coloridos. Miró a uno y otro lado para asegurarse que sus compañeros no estuvieran cerca y no pudieran ver lo que haría. Entonces tomó un huevo y se lo guardo en pequeño bolso oculto. Sólo entonces dio aviso a los demás. Y así hizo en cada búsqueda en la que participó, quedándose una cada vez que podía, hasta reunir una cantidad que le pareció suficiente. Pero conseguirlo le tomó toda la temporada de pascuas, así que prefirió guardarlos, bien ocultos, hasta el año siguiente. Y al ir a revisar, pensando en que ya sería un buen momento para usarlos, se encontró con toda una cesta de conejitos.
Mirando con más atención vio en medio de ellos, un huevo que aún estaba entero. Cuando lo tomó, se agitó y comenzó a romperse. Él ayudó liberar al animalito que contenía, encontrándose con el único que era de un solo color y normal: todo blanco; excepto por la negra naricita. Lo sostuvo en la palma de la mano, a la altura de su cara, casi rozando su nariz con la del animal.
–Te voy a llamar “Pompón” –le dijo, pensando que parecía un pomponcito blanco. El conejito lo miró, moviendo su naricita, ignorando el significado de lo que se le decía.
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Bueno, este me quedo bien cortito
Había pensado en titularlo "Otro cuento de pascuas" pero despues se me ocurrio este le puse
Hace como un año que lo escribi en manuscrito, en un papelito cualquiera, y pensaba que ya lo había pasado a word, pero cuando lo busque en mi compu note que no era asi, y tube que rescatar la ojita de entre un monton de desorden y papeles; y recien lo termine de pasar y de inmediato lo subi acá
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WOW! Buena historia jupabloz al leer me traslado al tiempo de la infancia que ya habia olvidado, linda historia de pascua!!
A ver que historia nos traes el año 2017.
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gracias jupabloz por mantener vivo el foro!!!
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sí, definitivamente gracias...
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gracias a Uds, diogenes y soya (Y)
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